El jueves os contabamos algunos de los experimentos mas "escabrosos" llevados a cabo durente la guerra fría, pero como el tiempo era limitado no pudimos contaros todo lo que teníamos preparado, así que os vamos a hablar de otro experimento, este es el experimento ruso del perro sin cabeza.
A principios de la década de 1920, un cientifico ruso llamado Sergei Bukhonenko intentó mantener con vida una cabeza de perro separada de su cuerpo.
En esa época ya exitían evidencias de que una cabeza animal seccionada mantenía "cierta actividad" relacionada con la vida durante unos cuantos segundos despues de ser cortada.
Consiguieron mantener viva la cabeza a través de un aparato bastante simple que bombeara sangre, como si del propio corazón se tratase. El resultado fue ciertamente inquietante.
Aunque hay videos por la red de este experimento, e incluso fotos "reales" de la cabeza, no os ponemos el enlace porque sinceramente creemos que no es agradable de ver.
El animal respondía como si estuviera vivo, abriendo y cerrando los ojos, y sufriendo ante los estímulos externos, lo que demostraba que también tenía sensibilidad. Un experimento escalofriante que sin embargo pudo servir para avanzar en la ciencia en busca de unas mejores soluciones para nuestra salud.
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